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SALVACIÓN POR MEDIO DE

JESUCRISTO

 

"por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención

que es en Cristo Jesús."

 

(La Biblia: Romanos capítulo 3, versículos 23-24)   

 

A pesar de la rebelión de la humanidad contra su Creador hasta el día de hoy, Dios no nos ha abandonado simplemente a nuestra suerte. Porque Dios, que ama a todos los hombres, prometió enviar un Salvador por medio del cual todo el que quiera pueda reconciliarse con Dios: Jesucristo.

"El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por

los nuestros, sino también por

los del mundo entero."

 

(La Biblia: 1 Juan capítulo 4, versículos 9-10)  

A través de Jesucristo, Dios revela su plan de salvación a toda la humanidad. Dios lo eligió y lo envió al mundo para salvarnos del juicio inminente de este mundo y para dar a todos los que aceptan su salvación vida inmortal en su futuro reino de paz en la tierra.

A través de la fe en Jesús, Dios ofrece a cada ser humano la oportunidad de la reconciliación y un nuevo comienzo en paz con nuestro Creador y Padre miser-icordioso, que quiere que todos los hom-bres lo conozcan y se salven (Ver: "¿Quién es Dios?").

     Jesucristo dice:

"Porque el Hijo del Hombre

vino a buscar y a salvar lo

que se había perdido."

(La Biblia: Lucas capítulo 19, versículo 10)     

Jesús vino a liberarnos a los humanos de la esclavitud del pecado que nos ha se-parado de Dios y cuya consecuencia es la muerte, para que podamos vivir una vida como Dios la diseñó para nosotros los humanos desde el principio y de acuerdo con nuestra verdadera designación, ya no guiada por nuestra propia imaginación y deseos, sino por la perfecta voluntad de nuestro Creador. Una vida que sirva a la gloria de Dios y traiga paz y verdadera felicidad a todas las personas. Una vida con Dios y para Dios. Jesús mismo nos dio un ejemplo de esta vida. Ahora Jesús llama a todas las personas a seguirlo (Ver: "¿Quién es Jesucristo?").

 

JESÚS Venció a LA MUERTE

"Así pues, tal como por una trans-gresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres."

(La Biblia: Romanos capítulo 5, versículo 18)    

 

Jesús fue rechazado y traicionado por los líderes de su pueblo que, por envidia, no quisieron reconocerlo como su rey y el salvador prometido. Y aunque Jesús era inocente, finalmente lo hicieron cruci-ficar y matar a manos de los romanos....
Sin embargo, al vivir con rectitud en pleno acuerdo con la voluntad de Dios, Jesús venció el pecado y, por lo tanto, venció a la muerte.
Por eso Dios resucitó a Jesús - como está profetizado de él en las Sagradas Escrituras- al tercer día y lo llevó al cielo. Allí está entronizado a la diestra de Dios.

Al igual que el pecado de Adán que trajo la muerte a este mundo, la muerte y resur-rección de Jesús tienen implicaciones de largo alcance para toda la humanidad. Por-que Jesús murió en la cruz en nombre de todas las personas, tomando el juicio por nuestros pecados, es decir, la muerte, por amor. Esto significa: Debido a que Jesús no tuvo pecado, ÉL puede redimirnos de nuestra culpa a través de su sacrificio y así redimir-nos de la muerte. En otras palabras, Jesús dio su vida para que pudieras ser salvo.

  

"Si decimos que no tenemos pecado,

nos engañamos a nosotros mismos

y la verdad no está en nosotros.

Si confesamos nuestros pecados,

El es fiel y justo para perdonarnos

los pecados y para limpiarnos

de toda maldad."

 

(La Biblia: 1. Juan capítulo 1, versículo 8-9)   

Dios promete que todo el que cree en el nombre de Jesús recibirá el perdón de los pecados. Esto significa que Dios lo absuelve de su culpa y que Dios ya no quiere recordar todos los pecados que esta persona ha cometido en su vida hasta ahora por el sacrificio que hizo Jesús. Esto a su vez significa que Dios te acepta como su hijo. Además, desde este momento tu nombre está en el Libro de la Vida, donde se anotan todos los que son llamados a la vida eterna.

 

La requisito previa para esto es una con-fesión sincera de su culpa ante Dios y la voluntad de seguir el ejemplo de vida de Jesús, es decir, vivir de todo corazón se-gún los mandamientos de Dios, que Dios ha proclamado a través de su hijo y que la Biblia nos revela en el Nuevo Testamento (Ver: "Vivir en libertad y paz").

"Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio, también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan."

 

(La Biblia: Hebreos capítulo 9, versículo 27-28)   

Al final de esta era, Jesús, a quien Dios ha designado para ser el juez de todos los hombres, vendrá del cielo con poder y gloria para juzgar a la humanidad por sus pecados y para redimir a todos los que han sido reconciliados con Dios y cuyos nom-bres están escritos en el libro de la vida. Así como Jesús resucitó de entre los muertos y vive, todos los que lo sigan resucitarán para vida eterna en su re-greso. Entonces todo el mundo sabrá que Dios existe y que Jesucristo es verdadera-mente el Hijo de Dios resucitado.

En los últimos días antes del regreso de Jesús, como profetiza la Biblia, las guerras, las catástrofes, así como las epidemias y las hambrunas aumentarán dramática-mente en todo el mundo. Por esto los humanos debemos reconocer que el re-greso de Jesús y el día del juicio son inminentes. Al mismo tiempo, el mal tam-bién ganará la partida. Pero cuando Jesús venga, vencerá a todos los poderes oscu-ros que actualmente dominan este mundo, poniendo fin a toda injusticia y tiranía en la tierra de una vez por todas.

 

 

Vida eterna: la nueva tierra

 

"Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron y el mar ya no existe.

El enjuagará toda lágria de sus ojos,

y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque

las primeras cosas han pasado."

(La Biblia: Apocalipsis capítulo 21, versículos 1-4)   

A través de Jesús, Dios nos da la perspec-tiva de la vida en un mundo nuevo donde no habrá más sufrimiento, enfermedad o muerte; una vida de paz y abundancia y gozo y armonía eternos. Una vida que todo ser humano desea y que Dios ideó para nosotros. En resumen: una vida en el paraíso. Esto significa que todas las pena-lidades caído, bajo las cuales la huma-nidad sufre hasta el día de hoy a causa del pecado, llegarán a su fin, que todo dolor pasará y que toda la tristeza será olvi-dada para siempre. Este asombroso futuro espera a todos los que escuchan el llamado de Dios al arrepentimiento.

    Dios habla:

 "He aquí, yo hago nuevas

todas las cosas."

 

(La Biblia: Apocalipsis capítulo 21, versículo 5)   


 

Dios no pretendía que hubiera muerte para su creación desde el principio y mucho menos que la muerte debe gobernarnos a los humanos para siempre, porque Dios ha prometido que un día quitará la muerte para siempre. Así, para todo aquel que se reconcilia con Dios, la muerte física no significa el fin, sino el tránsito a la vida eterna en el mundo ve-nidero, sin sufrimiento y sin enfermedad.

Debemos esta incomparable esperanza únicamente a la gracia de Dios y de Jesucristo, que se entregó por los hombres para salvarnos del pecado y de la muerte y así dar un futuro a nuestra vida. Es el llamado de Dios a todas las personas.

    Jesucristo dice:

"Arrepiéntanse, porque el

reino de los cielos está cerca!"

 

(La Biblia: Mateo capítulo 3, versículo 2)   


 

El estado de nuestro mundo es compa-rable a un barco que se hunde y cuya desaparición se acerca inevitablemente. Antes de eso, Dios nos ofrece la opor-tunidad de ser salvos y participar de la vida inmortal en la era venidera que Dios nos promete, a través de la fe en Jesús.

Frente a esta gran promesa que Dios ha hecho a nosotros los seres humanos, se nos desafía a no postergar o retrasar nuestra decisión, sino a aprovechar la oportunidad de salvación y de enderezar nuestra vida ante Dios, porque nuestra vida actual es corta y el tiempo del que disponemos cada uno de nosotros en esta tierra es limitado.

Al mismo tiempo, Dios nos advierte enfáti-camente que no cerremos nuestro cora-zón a la verdad y no nos dejemos seducir por la indulgencia fugaz del pecado, que final-mente conduce a la muerte eterna....

Hay muchos caminos en este mundo que una persona puede caminar. Pero sólo UN CAMINO conduce a la vida. La fe en Jesús abre la puerta a la vida eterna para todos.

 

 

Ahora te toca a ti tomar

tu decisión.

   Jesucristo dice:

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán."

(La Biblia: Mateo capítulo 24, versículo 35)   

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